viernes, 19 de noviembre de 2010

Cuarto Camino

"Antes de empezar a explicarles de modo general sobre qué trata este sistema, y de charlar
acerca de nuestros métodos, quiero grabar particularmente en sus mentes que las ideas y
principios más importantes del sistema no me pertenecen. Esto es principalmente lo que los
hace valiosos, porque, si me pertenecieran, serían como todas las otras teorías inventadas por
las mentes corrientes: sólo darían una visión subjetiva de las cosas".
(P. D. OUSPENSKY)


Introducción

El cuarto camino, también conocido como Cuarta Vía, es una doctrina psicológica, cosmológica y filosófica introducida en occidente por George Gurdjieff y Piotr Ouspenski.
Se basa en la creencia de que el hombre necesita de un procedimiento para poder llegar a la autosuperación pero los otros 3 caminos conocidos no son prácticos debido al tren de vida que tenemos actualmente.

El objetivo de la enseñanza de G.I. Gurdjieff, referida como el cuarto camino o el trabajo, es el de construir el "alma", esto es, algo en nosotros que por sí mismo puede soportar el choque de la muerte física y continuar existiendo por un período determinado. Es necesaria mucha preparación para lograr este objetivo. Muchas distracciones de la vida ordinaria deben ser revalorizadas a la luz de esta enseñanza.
El cuarto camino o camino del "hombre ladino" incluye elementos prácticos de los tres caminos fundamentales y, por lo tanto, es necesario abordarlos brevemente. El primero, el camino del fakir logra la iluminación a través del dominio de las sensaciones por varios medios de ascetismo, como acostarse sobre una cama de clavos, pararse sobre las puntas de los dedos de los pies por meses, etc. Esto requiere unos cincuenta años de práctica y es incierto en el mejor de los casos. El camino del monje, o la religión, requiere de sufrimiento emocional y, aunque no requiere de tanto tiempo como el camino del fakir, aun demanda cerca de 25 años. El camino del yogui se abre a la iluminación en más o menos 10 años a través del dominio de posturas o movimientos. Alguna gente piensa que los yoguis son intelectuales, pero se trata meramente de "posturas del pensamiento" que apuntan a la interrelación del cuerpo-mente. Finalmente, el cuarto camino o cuarta filosofía como la describe Jesús en los Rollos de Mar Muerto, usa de una manera ladina las partes necesarias de las otras tres vías. En lugar de alcanzar el dominio completo de alguna función, usa el mínimo dominio de cada "centro": el instintivo, el de movimiento y el emocional. Habiendo así alcanzado el control sobre estas "partes" uno está listo para "preparar el camino", es decir, desplazarse hacia un dominio general de la mente-cuerpo purgando los elementos innecesarios. El cuarto camino o "trabajo" al contrario de los otros tres que demandan aislamiento, debe llevarse a cabo en medio de la vida ordinaria y, ejecutado adecuadamente puede ser alcanzado en dos años.
El avance del cuarto camino (el camino es siempre y en todas partes el mismo, sólo difieren los métodos de abordarlo) es definido por el nivel o "escala" de organización de la conciencia, lo cual puede ser referido como "los cinco estados del ‘yo’". La gente que no puede encontrar un camino las hay en abundancia, están compuestas de miles de "yoes" diferentes que alternadamente toman el control del cuerpo-mente, tan sólo para ser sustituido por otro "yo" minutos, o aun más frecuente, segundos más tarde. Por ejemplo, un "yo" promete levantarse temprano, que es el "yo" que se va a la cama, luego el "yo" que se despierta en la mañana no teniendo idea de la promesa hecha, decide seguir durmiendo. Similarmente ocurre con la comida, el sexo, el dinero, los trabajos, las relaciones; un "yo" promete "hacer" algo que otro "yo" debe llevar a cabo y al último nunca se le informa del compromiso. Aunque el "sabor" de esta verdad es un tanto amargo, se necesita poca investigación para que la demuestren rápidamente ustedes mismos. En el trabajo este estado de pluralidad es llamado "sueño".
En alguien que empieza a buscar se ha formado lo que se llama el "centro magnético". Esto puede ser entendido como un grupo de "yoes" que tiene un interés común que yace más allá del terreno de la vida ordinaria. Tienen el sentido de algo más significativo que el deseo pasajero de "yoes" menores y busca respuesta a las inquietudes y a las eternas preguntas de la humanidad, así como a las desconcertantes inconsistencias de sí mismos. Es este centro magnético el que guía a la gente hacia el trabajo, de hecho, puede que lo haya guiado a usted a este artículo.
Tal como para todo estado de conciencia del centro magnético en adelante, hay "ejercicios prácticos" que estabilizarán o "cristalizarán" este grupo de "yoes" que están buscando la verdad.
El trabajo caracteriza estos cinco estados como una escalera que conduce al "camino" el cual se inicia en la parte superior de la escalera. El segundo paso es llamado mayordomo interino. Para que ocurra el mayordomo interino es necesario cierto balance de las funciones (antes mencionadas). Esto se logra a través del grupo de "yoes" que comienza a organizar la "máquina". A medida que las funciones y la energía o combustible que usan son estudiados hay desplazamientos que se deben a la observación misma. Esto puede ser comparado alegóricamente con niños que saltan en una cama y se detienen cuando el padre asoma la cabeza por la puerta.Aunque los resultados parezcan dramáticos este método de cambio tiene límites definidos. Al cristalizar el mayordomo interino a través de ejercicios práctico nos convertimos en el "hombre equilibrado" en el cual los "centros" o funciones han asumido los roles y la importancia que les son propios.

Si un maestro es de ayuda en los dos escalones previos, se vuelve indispensable para el tercer escalón, el cual es llamado mayordomo. Mientras el mayordomo interino no tiene autoridad definida y únicamente observa, el mayordomo puede hacerse cargo. Antes de mayordomo únicamente existen dos niveles de conciencia para nosotros: el sueño (en la cama) y el "estado de vigilia" el cual también es llamado sueño en el trabajo. Con mayordomo interino logramos vislumbres ocasionales de un tercer estado de conciencia que con frecuencia es descrito en algunos libros como despertar espiritual. Aunque estos vislumbres se pueden alcanzar en condiciones externas especiales, usualmente con el retiro del flujo de la vida, así como escenarios naturales majestuosos, rápidamente retrocede cuando "bajamos de la montaña". Con el mayordomo este estado está disponible permanentemente, hemos trasladado la montaña a nuestro mundo interior. Adicionalmente hay un marcado cambio de visión, de "ver" que puede aproximarse vagamente a cambiar de cientos de colores a millones de colores en un monitor de computadora.
El cuarto nivel de conciencia que ocurre con la cristalización del amo, el cual es en sí mismo el cuarto escalón, completa la escalera, la preparación para el camino y se abre al camino mismo. Solamente a partir de este nivel puede uno ser descrito con precisión como estando en el "camino" del cual se habla y es aludido en todas las enseñanzas religiosas, místicas y filosóficas. Un término en particular necesita definición o "des-definición", a saber, "comprensión". Ordinariamente decimos que entendemos algo tan pronto como encontramos una etiqueta para ello, un lugar en nuestro archivo por así decir. En el cuarto camino "comprensión" es el resultado del "conocimiento" y del "ser" (también estos términos deben ser definidos). Esto puede ser visualizado como "conocimiento directo" o más ligeramente como experiencia, lo cual ha sido descrito como "cuando ni siquiera un pensamiento cabe entre usted y lo que usted sabe". Si se ha hecho claro que usted no "comprende" he logrado mi misión.
Hay muchos ángulos cómo abordar el cuarto camino y este es sólo el esquema técnico más breve. Se puede decir con seguridad, sin embargo, que una vida de estudio y evolución es posible y está disponible. En términos bastante simples, concisos y exactos el trabajo nos demuestra las bases de todos los misterios de la vida, desde la creación al infinito en todas direcciones.


Aforismos



Conocernos a nosotros mismos es conocer el universo.

El hombre normal es aquel que no sólo ha actualizado sus potencialidades sino que también se ha liberado de su subjetividad.



El verdadero hombre es aquel que comprende por qué vive, para qué sirve su cuerpo y qué es lo que él debe hacer.


El verdadero hombre es aquel que en cualquier circunstancia, es capaz de desempeñar, a discreción, el papel razonable.



Pensad en el hombre “ladino”; trata de estar consciente en todo momento.

El hombre cree que tiene voluntad: ésta es su ilusión.

Los seres son diferentes según su potencialidad de conciencia.

El centro emocional es la dínamo de nuestra vida entera. Contiene nuestros deseos, que nos mantienen en 
vida a nosotros y a nuestros cuerpos. Los deseos se dan en planos diferentes. El deseo más alto, una vez
sentido, no puede ser desplazado jamás
.


La Razón objetiva es lo inmortal. El esfuerzo que hago para llegar a ser objetivo transforma sustancias que así se vuelven permanentes, inmortales. Adquiero un “Yo” permanente, independiente de las vicisitudes de la vida y atento a un propósito consciente, que 
permanece a través de alzas y bajas, a través de rachas de buena y
  mala suerte.








La razón se desarrolla yendo contra los hábitos y la repetición, siguiendo un antojo legítimo; no haciendo lo que hacen los demás.




La imaginación controlada se convierte en trabajo mental.

Razonar es la locomoción del centro intelectual, que se compone de órganos definidos: concentración, ponderación, meditación, contemplación. La progresión lógica es la  locomoción ordinaria del centro intelectual como un todo.

 En el cuerpo planetario vida es sensación; en el cuerpo astral, emoción; en el cuerpo mental,
pensamiento.

El tiempo es un perpetuo perecer. Es el enemigo.

El tiempo es  lo más importante después de la conciencia. El flujo del tiempo a través de nosotros nos da la oportunidad de extraer lo que podamos.

 El tiempo es una corriente triple que fluye a través de nuestros tres centros.
 Pescamos en la incesante corriente del tiempo: lo que capturamos es nuestro, pero el resto
desaparece. El tiempo no espera a que capturemos todo lo que hay en la corriente, pero si capturamos lo suficiente tendremos lo suficiente para formar  los cuerpos superiores, 
  y así llegar a permanecer.

El tiempo es la suma de nuestras experiencias potenciales, la totalidad de nuestras experiencias posibles.

Vivimos  nuestras experiencias en forma sucesiva: ésta es la primera dimensión del tiempo.

Ser capaz de vivir experiencias simultáneamente es añadir otra dimensión, la segunda, al tiempo. El tener conciencia de esta simultaneidad llamamos tiempo sólido , o tercera dimensión del tiempo. Cuando nos hayamos identificado con el tiempo , será como en el Apocalipsis: “Y el tiempo no será más”.


Justo en el momento del tiempo en que podamos decir: “Lo que me está ocurriendo”, estaremos a salvo.



La Naturaleza, desde cierto aspecto, es la madrastra malvada de los cuentos de hadas, seduciéndonos y usándonos para sus propios fines: la evolución de substancias.


Descubrid el “rasgo principal”, venga de donde venga. No os identifiquéis con él y no os molestará más.

Juzga a los demás a través de ti mismo y rara vez te equivocarás.

No hay tal cosa como una obra de arte inmortal. Hay un solo arte: el más grande de todos, el arte de hacer de uno mismo un ser completo.



Remordimiento: dolor por no haber actuado de acuerdo con la conciencia moral objetiva.

La conmiseración es divina; la conmiseración de sí, diabólica.

La redención es la actualización final de las potencialidades: el “ser lo que debemos ser”.

El sufrimiento voluntario, o intencional, es el precio de la inmortalidad.

La duda honrada es un juicio es suspenso.

Cólera y odio son emociones negativas sólo cuando están mal dirigidas. No temáis nunca odiar a lo odioso.

Sentido del humor: una forma de intuición.

Intuición con certeza es buen juicio.

Egoísmo: medir a los otros por nuestros gustos y disgustos; no por sus necesidades, sino por nuestras preferencias.
.

Vanidad: aquello por lo que estamos dispuesto a sacrificar casi cualquier cosa con tal de no herirla.

¿Quieres ver el diablo?  Mira en el espejo.

Sé pianista, no piano.

La persona feliz es la que se esfuerza por actualizar sus potencialidades.

Deberíamos esforzarnos en hacer cada vez más, cada vez mejor, y cavilar sobre ello cada vez menos.

Sé como un niño, interesado en sí mismo.

Siente con el cerebro, piensa con el corazón, actúa en forma práctica.

Formula no sólo tus pensamientos sino también tus sentimientos.

Tienes una protección completa a tu alcance: el silencio.

Cuidaos de los ejercicios prematuros.

El reconocimiento de la ignorancia es el comienzo de la sabiduría.

El último grado de la enseñanza esotérica es el simple sentido común.

Todos pueden llegar a ser millonarios, pero a fin de  ser millonario es preciso comprender primero que no se es.




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